Un vaso de vino.

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Era una noche de verano, el clima y la luna hacían de la oscuridad, una noche perfecta. Juan estaba sentado en el patio de su casa pensando en algunas cosas que le venían sucediendo desde hacia ya un tiempo atrás, en eso se acerca el abuelo con su vaso de vino a medio tomar, y se sienta a su lado.

- ¿Cómo están las estrellas hoy?- pregunto el abuelo.

- supongo que bien, no les pegunte.

- ¿y que haces acá si no hablas con las estrellas?

- pienso abuelo, nada mas, trato de entender ciertas cosas que la vida me va presentando y no creo que sean necesarias- dijo el niño mirando los ojos del anciano.

- y… ¿ en que piensas tanto? ¿ que te anda pasando? - pregunto mientras colocaba una mano en su espalda como imitando un abrazo y con la otra mano sostenía el vaso que en pocos segundos estaría vacío.

- abuelo, quiero que me respondas con el corazón esto que te voy a preguntar.

- si, claro que si, jamás te mentiría, dime.

- si vos estas sentado frente a un mar, y yo pongo un balde lleno de piedras a tu lado, y solo te permito sacar de a un por una, ¿ que arias?

- bueno, no se por que me preguntas eso, pero creo que aria lo que hace todo el mundo cuando esta sentado frente a un mar y a su lado hay piedras. Las lanzaría al mar intentando hacerlas picar sobre el agua, ¿Por qué preguntas eso?

Juan se paro y lo mira fijo con los ojos llenos de lagrimas - ¿aun sabiendo que se hundirán?

El abuelo hace un silencio de algunos segundos y se para junto a el - si Juan, aun sabiendo que se hundirán, pero sabiendo antes de tirar cada piedra, que la tire con la toda mi fuerza y que mi intención no era que se hunda, sino que camine sobre el agua por siempre.

Ahora es el niño quien queda en silencio y el abuelo le pregunta - ¿Qué te pasa Juan?.

- tengo una piedra en mi bolsillo, y no se que hacer, si dejarla ahí o tirarla al mar para que camine sobre el agua, eso me tiene mal.

- siempre hace lo que te dicte el corazón, no importa que va a pasar después con esa piedra, importa lo que quisiste vos que pase con ella y la fuerza que le pusiste para que esto suceda, nada mas. Lo importante en la vida es animarse a arriesgar, porque si no arriesgas no ganas.

- pero el que arriesga puede morir por amor, dice una canción, ¿eso es verdad?.

- siempre se muere por amor Juan… siempre - dijo el viejo levantando su vaso de vino.

El adolescente mira el piso y luego mira el cielo, abraza a su abuelo muy fuerte por algunos segundos.

- ese vaso esta vacío viejo, vamos a llenarlo- dijo Juan.

El viejo sonríe y se va con su nieto a compartir una botella de vino que le regalo su mujer para su aniversario de 62 años de casados, sin saber que a los 3 días ella moriría, y él comenzaría a hacerlo junto a la soledad y no seria mas que un ángel para su amado nieto.


Soy Iuse, El Extranjero. Gracias!


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