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martes, 6 de diciembre de 2011

Ya no entiendo más.



“En la humanidad nada acaba del todo; cada cosa se detiene para volver a empezar”.

Yoritomo Tashi.

Hacia ya mucho tiempo que no publicaba nada de los que escribo por acá. He estado viviendo diferente, quizás en un tiempo perdido, en un tiempo ajeno, donde nada es tan así como lo muestran. He estado allí.

Eran las 16.45hs del día de hoy, yo estaba sentado en el cordón de una vereda de Buenos Aires esperando cuando se detienen dos señoras detrás de mi que entablaron una conversación muy corta, pero que me llamo mucho la atención. Ellas venían caminado una frente a la otra, parecían ser vecinas que se vieron y frenaron a saludarse. Una de ella tenía unos 40 y pico de años, a quien le daremos el nombre de Laura y la otra unos 65, o algo así, a quien llamaremos Marta. La edad es estimativa, una simple suposición de lo que pude ver en sus rostros al darme vuelta. La charla decía algo así:

Luego de un saludo cordial, Marta invito a Laura a cenar a su casa junto a su familia, ella respondió que no podía ir porque tenía la fiesta de fin de año de la empresa en que trabajaba un tal Claudio.
¿Quién es Claudio? - Pregunto la anciana.
A lo que Laura le respondió – mi marido, o ese coso que tengo ahí que le dicen marido - Marta sonrío transformándose en una cómplice de la mujer casada. Por un segundo se sintió un silencio incomodo del que querían salir, Laura por no querer dar explicaciones ni contarles los motivos por el cual se dirigía de esa manera a su marido y Marta por no querer preguntar nada, aunque algo, seguramente, suponía – Consiguió trabajo en una empresa importante de electrodomésticos – continuo Laura y ahí fue donde yo me detuve a pensar, dijo algo que me llamo mucho la atención, fue solo una palabra: “IMPORTANTE”. Una palabra que, según parecía, lo arreglaba todo. Ese coso que llamaban marido dejaba de ser un coso en ese renglón por el simple echo de que su mujer, orgullosa de el, agrego la palabra “IMPORTANTE” que cambiaba el rumbo de las cosas, o eso intento hacer Laura.

“importante”, según el DRAE (Diccionario de la Real Academia Española), que es dirigido por el señor Víctor García de la Concha, a quien alguna vez un gran amigo mío llamado Beban le escribió una carta preguntándole porque algunas cosas eran de ciertas manera y no de la forma que, según el, eran conveniente para los países de habla hispana, como la ubicación de los números delante de las letras en el abecedario, cuando el principal problema del mundo es que se le da prioridad a los números y no a las letras, prioridad a los capitales y no a un poema de Neruda o un cuento de Shakespeare, bueno, en fin, no quiero irme de donde estaba. La cuestión es que la palabra “importante” según el DRAE significa que es algo que tiene una categoría social relevante.
Usted se preguntara a que quiero llegar con todo esto. ¿A donde? A entender porque muchas, por no decir todas, las personas siempre tienen que sentirse importante frente a las demás. Quizás esa mujer esperaba que alguien la felicitara o la respetara más porque su marido tenía un trabajo en una empresa “importante” y quizás la anciana lo hizo. Pero… ¿para que? Si ella al darse vuelta y seguir su camino seguiría siendo la mujer que se caso con el coso que llamaban marido y que seguramente no era feliz, o tal vez si, pero lo dudo. ¿que sentido tenia en ese momento sentirse importante ante la presencia de Marta, su vecina?

Son muchas las cosas de este mundo que no entiendo, y que trato de buscarle una explicación, quizás sea en vano mi trabajo, pero siento que tengo que entenderlo. Siento la necesidad de entender porque las personas viven para tener una casa, un auto, dos hijo, un perro e irse de vacaciones a la costa atlántica creyendo que así serán felices, cuando esta demostrado por generaciones pasadas que no es así. Siempre, pero siempre Papá y mamá tuvieron todo eso, pero no fueron felices. Y así pasó la vida. Ya basta de creer en ese entupido cuento. Se trata de vivir, nada más, de sonreír cada mañana al ver el sol.

Tampoco entiendo este sistema capitalista que nos maneja, ¿Hasta dónde quieren llegar? ¿No hay demasiados tipos muertos ya? ¿No ven a los desesperados que no duermen por las noches? ¿No ven los niños que andan en las calles? ¿No ven ustedes señores que hay miles de personas muriendo allá afuera de sus offices frías?

Y puedo seguir contándoles cosas que no entiendo; como la sensación que genera la música en mi; o la gente que no lucha por sus sueños; los que son felices presos de un Dios burlón; los aviones que están varados en los aeropuertos y las estaciones de trenes muertas; las caricias; los celos que no tienen explicación científica; la puta tristeza a la que uno se acostumbra y convive; las noches en desvelos de verano y el calor que transpira en mis manos; como una persona puede mentirle a un pueblo y como este mundo es el juego de unos pocos; si das un paso de mas son hombre muerto Man; los números y la nueva Europa que llora y no deja de llorar; a vos y yo que no sabemos donde ir, como estar ni donde ser; no entiendo mas.


No entiendo como un par de ojos pueden ser tan importantes en el mundo de una persona, o como una persona sufrer por amor.
Creo que la vida es mucho más que eso, pero, ¿que es?
No encuentro un rumbo donde andar, donde escribir ni donde ser.
No encuentro un alguien que me escriba, que me diga que estoy, que el granizo golpea y que las tristezas matan. Y sigo esperando, así nomás, en el camino. Y aquella pequeña señora, allá tan lejos de mi.

Asusta un poco cambiar de parecer, aunque más alto uno de uno este. Aunque el mono muestre el culo y las promesas dejen de ser ciertas como las mentes pendiente de aquel Dios que hunde el acelerador de este motor a fondo, y cuando la vida pasa terminamos entendiendo de que se trataba. Ya sin banderas, robando guita de tus manos. Todo lo aprendido lo podrás enseñar allá, en alguna parte y en ningún lugar. Siempre solo andarás, sabio de vos y de aquel capital que ya no esta, no esta.


Mintiendo así, así se va, mintiendo mas vas a matar y engañar a un diablo de cejas rotas como él, que ya no esta.


Muriendo va, al filo del amor, en esas pieles que un pibe ama en noches solas de lluvias tibias y pelos enredados, esperando allá nomás, en el camino, mientras la pequeños señora bella miente el dolor que sigue estando en su corazón.

Ya no vuela alto quien estaba allá arriba, ahora puede darte un par de promesas más, que quizás, en algún lugar se cumplan sin fin.

Tan lejos esta aquello. Tan lejos esta el mar. Tan lejos es hoy y el maldito pasado que no termina más. Sin sus besos que borraban todo, las penas, esas que nos quieren dar. Tan lejos es hoy, tan lejos esta.

Borrones de minutos muertos que no quieren ver, quieren pensar en nada, pero siempre esta ahí, muy ahí.

Y yo aquí, aun sigo sin entender como una persona sufrer por amor, como un par de ojos pueden ser tan importantes en el mundo de una persona. Como tus ojos pueden matarme así. Ya no lo entiendo más. Como aquella noche en que nos apagaron la luna, mi amor.

Esa puta tristeza a la que te acostumbras.

Ya no entiendo más.


Soy Iuse, El extranjero. Gracias!



“En la humanidad nada acaba del todo; cada cosa se detiene para volver a empezar”.

Yoritomo Tashi.