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jueves, 24 de febrero de 2011

Mis días, mis noche y todo lo demás.

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El silencio en las canciones.
Los vacíos de las vísperas.
El aire que nadie respira.
El sol que antes salía.
Las sobras que robaron.
Los climas y los consumos.
Los amanecer y un atardecer.
La tierra que siembras.
La bandera que flamea.
El viento, la lluvia, las nubes.
Las penas que mueren y las que nacen.
Las montañas de mi cordillera.
Palabras escritas en un brazo de guerra.
Los colores de mis dibujos.
Los vacíos que hay que llenar.
Las criticas injustas.
Morir así.
Las cosas que no se entienden.
El cine de Francia.
La comida de Italia.
El arte de las noches.
Vender, vender y vender.
La esquizofrenia del amor.
Gatos y perros.
Las zapatillas gastadas.
Los tiempo que están por venir.
Los abrazos tuyos que no vienen nada mal.
Lo sólido desmoronándose.
El aire soplando ganas.
Gritar y gritar y gritar con mas fuerza.
Los niños de la calle.
Buenos días.
Los martillos que hacen y deshacen.
La miradas que nadie vio.
La tierra que se vende.
John y Yoko.
Las cenizas de aquel fuego.
Laberintos sin salida.
El diablo de tu corazón.
Los olvidos.
Construcciones de tela.
Un autocontrol.
Correr por ahí con un cuaderno.
Mariguana, cocaína y un poco de paco. Vivir anestesiado.
El detrás de las puertas.
Trampas de amor.
Delirios y certezas.
Caramelos y fantasías.
Llantos y risas.
Poder hacerte daño.
La calma que no esta.
Mi pueblo con miedo.
Las fotos de los desaparecidos.
Tu casa blanca.
Lo que anda por ahí.
Mezclas sin sentido que escribo.
Las ganas de volver.
Las posibilidades de ir.
La ropa rota que esta de moda.
El sistema que explota las cabezas de mi mundo.
Poco cielo y mucho mar.
Latinoamérica, Europa, África, Asia, Norteamérica, Oceanía, la Antartida y un maldito Vaticano repleto de pecados.
Acostarse a dormir así.
Mil peces nadando en el barro.
Un castillo de naipes.
Mi equilibrio es tu rima.
Globos de cumpleaños que se desinflan.
Perú, Lima y mi esquina.
No saber por donde salir.
Mi niña de la primavera.
Las cuerdas de algunas guitarras.
Y muchas cosas que nunca llegan.

No se que quiero decir con todo esto. Ni a donde quiero llegar escribiendo. Pero supongo que alguien lo comprenderá. Al fin y al cabo, son palabras y nada mas. El que lo siente lo entiende.

Yo solo se que floto en tu mirada y me siento vacío si tu no estas. Eres mis días, mis noche y todo lo demás.

No quiero caminar solo entre tanta niebla, quiero que me sujetes de la mano y me lleves a correr por la pradera de el amor y la razón.

Vida mía, sos mis días y mis noches, y todo lo demás. Mis ojos verdes, mi piel de agua, mi corazón de miel, mi esperanza al caminar. En mi mundo se respira alegría de que estés acá.

Yo ya se que no estoy perdido. Me habla, me acaricia, me toca, me besa, me abraza y me mima.


Soy Iuse, El Extranjero. Gracias!  


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lunes, 14 de febrero de 2011

Un día me enamore.

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Un viaje a donde estoy.

Alegre el agua del río.

Celoso el viento que soplaba la triste lluvia que caía en mi asustada tierra.

El fuego oscuro manchaba de luz aquellos árboles que perdone alguna vez.

Sumisa, la cerveza se hacia sentir en mi cabeza, que piensa por pensar.

El cielo estaba ciego, no nos quería ver.

Las estrellas caían rompiendo símbolos de paz en soñados gruñidos de un demonio llorón.

Las plantas tediosas cerraban las puertas de sus jaulas.

Los autos, como la luna, no frenaban ni arrancaban, solo estaban ahí sin saber porque.

Y yo, junto a ellos, también estaba ahí.

Y te vi.

Y me enamore.

Como me enamoro cada día al verte.

Como aquella primera vez.

Ahí, bajo la luna, rodeado de estrellas. Las jaulas, el mar y la triste lluvia que empañaba el viento, me acompañaban mientras te miraba.

Un día me enamore.

Que bello amanecer me dieron tus ojos. Que bellas mañanas me dan tus caricias. Que bellas tardes me da tu compañía. Que bellas noches me dan tus besos.

Yo te vi, justo ahí, estabas amablemente parada, mis ojos te miraban, corrompiendo mi realidad,  convirtiéndome en un estupido soñador del canto de las sirenas.

Yo, que me sentía volar, seguía observándote como si fuera la primera vez, y me enamore.

Aun viviendo en este pueblo ciego pude amarte. Y sufrir hasta llorar las consecuencias del amor - la ciencia de perderte.

Y aunque no había caminos empedrados que me lleven hasta vos, ni estaciones para este loco tren, que es el amor, yo estaba ahí, contemplándote, y me volví a enamorar, como si fuera la primera vez.

En esa loca noche, de vos me enamore.



Soy Iuse, El Extranjero. Gracias!




   Los amores verdaderos serán los que subsistan en este mundo tan ajeno a este sentimiento. Los amores verdaderos soportaran tormentas y brisas. Los amores verdaderos tendrán lugar en el tiempo, como tú tienes lugar en mi corazón.
   Por siempre.




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